Irene Lozano, diretora adjunta do sítio espanhol El Cuarto Poder, escreveu sobre a precarização do trabalho jornalístico. Fazendo menção a idéia de "proletarizar", Lozano aponta para a desqualificação profissional do jornalismo que é vivenciado na Espanha. Isso em parte, se deve as mudanças ocasionadas pela entrada na Comunidade Européia. O preço da estabilidade nacional pode ser sentido na diminuição paulatina dos salários e, dos benefícios e insumos ao trabalho jornalístico. 

Segundo Lozano, citando sua própria vivência profissional, ela passou da fase em que os jornais pagavam as despesas de transporte e cópias para a produção de notícias à fase de descompromisso com o jornalista, onde o metrô, táxi e a própria prividência social é responsabilidade do jornalista. Essa situação, leva Lozano a reconhecer uma aparente verdade:
La precarización de la profesión no es evidente, porque salir en televisión o firmar en un periódico conceden un estatus aparente, aunque no se corresponda con un nivel de vida real. Pero lo cierto es que con 96.000 pesetas del año 80 uno se podía alquilar un piso decente, mientras que con 600 euros del año 2010, apenas se puede alquilar una habitación si quiere seguir comiendo. La proletarización del periodismo es, de hecho, una noticia. Y sin embargo, los medios todavía no la han publicado. No lo hacen porque tendrían que asumir, o criticar, el efecto pedagógico que los despidos y la pérdida de poder adquisitivo ejercen sobre los periodistas. En las redacciones hoy cunde un mensaje: no te muevas, no molestes, no abandones el camino trillado. Si lo haces, no llegarás; y si has llegado, puedes ser el próximo en salir.
Esse descompasso entre as transformações tecnológicas, as mudanças nas redações e a precarização do trabalho do jornalista, revela muito sobre o estado da profissão no momento. Penso que o problema central da descaraterização do trabalho jornalístico, de seu caráter sobretudo intelectual, gera o que Lozano conclui:
No hace falta un gran esfuerzo de imaginación para saber que ese ambiente coactivo estimula el servilismo y el asentimiento y, por tanto, es el enemigo número uno del trabajo intelectual. Difícilmente se puede informar en libertad, crear, arriesgar o tratar de hacer valer el criterio propio que se le supone a un periodista, cuando en su mente se ha instalado como prioridad absoluta la supervivencia laboral a cualquier precio. Y ese precio lo estamos pagando en deterioro de la información y de la opinión. El problema no es que las empresas periodísticas quieran ahora mercenarios puros, disciplinados y obedientes: probablemente sea lo que siempre quisieron. El problema es que ahora los periodistas están mucho más dispuestos a serlo. Y el problema aún mayor es que, si los mismos periodistas no pelean por su independencia, la sociedad pensará con todo derecho que no debe de ser muy importante.
Vamos observar os aspectos apontados pela colega  Irene Lozano e ver se o mesmo pode ser dito da situação atual do trabalho jornalístico aqui no Brasil. O que você pensa sobre isso?

0 Responses so far.

Postar um comentário